En el mundo del SEO, el concepto de redirigir se refiere al acto de llevar al usuario y a los motores de búsqueda de una URL a otra diferente. Este proceso es fundamental cuando una página web cambia de dirección o se elimina. En lugar de que los visitantes o los motores de búsqueda encuentren una página de error (404), se les redirige a una nueva URL para garantizar que puedan encontrar la información deseada. Redirigir correctamente es crucial para mantener la experiencia del usuario y conservar el valor SEO de la página original.
Cuando una página se redirige de manera adecuada, no solo se mejora la navegación del usuario, sino que también se preserva la autoridad del sitio, evitando la pérdida de tráfico. Si no se implementa correctamente, puede causar problemas como errores 404 o pérdida de posiciones en los motores de búsqueda.
Existen varios tipos de redirección que se pueden utilizar en SEO dependiendo de la situación. Cada tipo tiene un propósito específico y es importante entender cuándo usar cada uno para optimizar el rendimiento de tu sitio web.
La redirección 301 es la más utilizada cuando se desea redirigir una página de manera permanente. Este tipo de redirección le indica tanto al navegador como a los motores de búsqueda que la página ha cambiado de forma definitiva. Al redirigir con un 301, se transfiere prácticamente todo el valor de SEO de la URL original a la nueva.
Es ideal para cuando se cambia la estructura de la URL de un sitio web o cuando una página antigua ya no es relevante y necesita ser sustituida por una nueva.
Por otro lado, la redirección 302 es útil cuando se quiere redirigir de forma temporal. Esto puede ser beneficioso en situaciones donde una página está siendo actualizada o en pruebas A/B, donde no se desea perder el ranking original de la página al hacer la redirección.
Es importante no confundir este tipo de redirección con la 301, ya que una redirección 302 no transfiere la autoridad de la página original a la nueva.
Además de las redirecciones 301 y 302, existen otras formas de redirigir el tráfico, aunque no siempre son recomendables. Por ejemplo:
Una redirección correcta no solo asegura que el tráfico siga fluyendo hacia las páginas deseadas, sino que también evita que los motores de búsqueda encuentren errores al rastrear tu sitio. Si los motores de búsqueda encuentran muchas páginas de error (404), pueden interpretar que tu sitio no está bien mantenido, lo que podría afectar negativamente tu ranking.
Además, redirigir adecuadamente ayuda a preservar el valor de los enlaces entrantes o backlinks. Cuando una página antigua se redirige de forma adecuada a una nueva, el valor de esos enlaces se transfiere, lo que contribuye a mantener el posicionamiento SEO que ya has trabajado.
Aunque redirigir parece una tarea sencilla, es fácil cometer errores que pueden perjudicar tanto al usuario como a tu posicionamiento SEO. Aquí te dejamos algunos de los errores más comunes y cómo evitarlos.
Un error frecuente es crear redirecciones en cadena, donde una URL redirige a otra, que a su vez redirige a una tercera página. Esto puede generar una experiencia de usuario negativa y ralentizar el tiempo de carga de la página, además de confundir a los motores de búsqueda. Lo mejor es siempre redirigir directamente a la URL final, sin pasar por varias intermedias.
Otro error grave es caer en un bucle de redirecciones, donde una página A redirige a una página B, que a su vez redirige nuevamente a la página A. Este tipo de error impide que tanto los usuarios como los motores de búsqueda puedan acceder al contenido, lo que resulta en una pérdida de tráfico y de autoridad.
Para evitar los problemas anteriores y asegurarte de que tu sitio web sigue funcionando correctamente, es importante seguir algunas mejores prácticas al redirigir URLs:
Existen varias herramientas que pueden ayudarte a gestionar y comprobar si las redirecciones están funcionando correctamente. Entre ellas destacan:
Uno de los impactos más comunes de redirigir múltiples URLs es la ralentización del tiempo de carga. Cuando se implementan muchas redirecciones, los navegadores necesitan hacer más solicitudes, lo que puede aumentar el tiempo de carga de la página. Es recomendable minimizar el número de redirecciones y optimizar su implementación para garantizar que el rendimiento del sitio no se vea afectado.
Si rechazas un enlace valioso o bueno por error usando la herramienta de Disavow, podrías afectar negativamente el posicionamiento de tu sitio web. Google considerará ese enlace como no válido, lo que significa que perderás la autoridad que podría haber transferido a tu dominio. Por ello, es crucial revisar los enlaces cuidadosamente antes de realizar el disavow. Si te das cuenta del error, puedes corregir el archivo y subir uno nuevo a Google Search Console.
Una vez que subes el archivo de Disavow en Google Search Console, puede tardar algunas semanas en procesarse completamente. Google revisa los enlaces de forma gradual a medida que vuelve a rastrear tu sitio. Es importante seguir monitoreando el rendimiento de tu página durante este periodo para ver si los cambios han tenido un impacto positivo.
No es obligatorio actualizar el archivo de Disavow con frecuencia, pero es recomendable revisarlo periódicamente, sobre todo si notas un descenso inesperado en tu tráfico o posiciones. Mantener una revisión constante de tu perfil de enlaces y asegurarte de que no hay enlaces tóxicos es una buena práctica para evitar problemas a largo plazo.